Sin respuesta
1.
(Como una mala sala de concierto, el espacio afectivo tiene rincones muertos, donde el sonido no circula.-El interlocutor perfecto, el amigo, ¿no es entonces el que construye en torno nuestro la mayor resonancia posible? ¿No puede definirse la amistad como un espacio de sonoridad total?
2.
(De la escucha distante nace una angustia de decisión:¿debo proseguir, hablar "en el desierto"? Necesitaría una confianza que precisamente la sensibilidad amorosa no permite. ¿Debo detenerme, renunciar? Eso tendría el aspecto de vejarme, de enjuiciar al otro, y, a partir de allí, dar la señal de partida de una "escena". Es una vez más la trampa.)
3."La muerte es sobre todo esto: todo lo que ha sido visto, habrá sido visto para nada. Duelo de lo que hemos percibido". En esos momentos breves en que hablo para nada es como si muriera. Porque el ser humano se convierte en un personaje plomizo, es una figura de sueño que no habla, y el mutismo, en sueños, es la muerte. O incluso: la Madre gratificante misma me muestra el Espejo, la Imagen, y me habla: "Tú eres eso". Pero la madre muda no me dice lo que soy: no estoy ya fundado, floto dolorosamente sin existencia.
Roland Barthes
1.
(Como una mala sala de concierto, el espacio afectivo tiene rincones muertos, donde el sonido no circula.-El interlocutor perfecto, el amigo, ¿no es entonces el que construye en torno nuestro la mayor resonancia posible? ¿No puede definirse la amistad como un espacio de sonoridad total?
2.
(De la escucha distante nace una angustia de decisión:¿debo proseguir, hablar "en el desierto"? Necesitaría una confianza que precisamente la sensibilidad amorosa no permite. ¿Debo detenerme, renunciar? Eso tendría el aspecto de vejarme, de enjuiciar al otro, y, a partir de allí, dar la señal de partida de una "escena". Es una vez más la trampa.)
3."La muerte es sobre todo esto: todo lo que ha sido visto, habrá sido visto para nada. Duelo de lo que hemos percibido". En esos momentos breves en que hablo para nada es como si muriera. Porque el ser humano se convierte en un personaje plomizo, es una figura de sueño que no habla, y el mutismo, en sueños, es la muerte. O incluso: la Madre gratificante misma me muestra el Espejo, la Imagen, y me habla: "Tú eres eso". Pero la madre muda no me dice lo que soy: no estoy ya fundado, floto dolorosamente sin existencia.
Roland Barthes
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